Cuenta una vieja leyenda hindú que en los albores de la humanidad todos los hombres que habitaban la tierra eran dioses. Podemos imaginar como sería la vida para esos dioses humanos que se divertían sin fin llegando incluso a abusar de su estrenada divinidad. Tal fue el abuso que comenzaron a realizar el mal, algo ante lo que Brahma (dios supremo) se vio obligado a reaccionar. Decidió que era necesario hacer del inmortal y divino hombre un ser mortal con cualidades limitadas. Así pues, el don que se le había dado sería escondido en algún lugar donde jamás pudiera encontrarlo. Brahma se reunió con todos los dioses menores con el fin de buscar el mejor de los escondites para la inmortalidad y divinidad del hombre. Pero el gran problema se manifestó al darse cuenta de que era imposible dar con ese recóndito e inaccesible lugar. Cuándo alguien dijo “Esconderemos la divinidad del hombre en lo más profundo de la tierra” se dieron cuenta de que sería absurdo, el hombre sabía cavar per