Asteya



En los Yoga Sutras de Patanjali el Óctuple Yóguico estaría compuesto por Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Pratiahara, Dharana, Dyana y Samadhi.

Yama estaría compuesto por Ahimsa, Satya, Asteya , Brahmacharia, Aparigrahah.


Asteya 'no robar'

Abstenerse de robar, no apropiarse de lo ajeno, ni desearlo (envidia). Establecer límites entre lo que soy y lo que no soy, se niega a apropiarse de lo que no se puede poseer, no debemos negarnos experiencias en la vida por miedo, ser conscientes de cómo usamos nuestro tiempo. “Abre la boca solo si lo que estás a punto de decir es más hermoso que el silencio“. Aprender a decir no. Ordena bien tus pensamientos antes de comenzar a hablar. Sé directo, habla desde el corazón, di lo que es verdad. Por lo general, las cosas más importantes y poderosas que puedes manifestarle a otro ser humano, resulta ser también la más simple y breve, lo que ayuda a no desperdiciar el tiempo de los demás.

Estar presente. En mi respiración, en mis pensamientos, en mis emociones.

Concentración.

Cuando robas, te falta algo, estás incompleto, ten en cuenta que todo lo que necesitas está en ti mismo.

¿Si cedo ante este deseo cometo un robo?. Carencias => Dirígete al Maestro Interior.

La historia de Sísifo ¿Por qué subir la piedra?¿Qué sucedería si no lo hiciera?

Empezar con pequeñas privaciones.

Conversación Interior. Pensamientos incontrolados.

La comida es un Don Divino que proviene del Maestro Interior.

El amor: los deseos y necesidades de cada cónyuge los satisface el Maestro Interior.

El Maestro Interior te proporciona todo lo que deseas. Lo que tenemos es un Don Divino que nos provoca Admiración, Deleite y Asombro. Una inmensa Paz.

La ocultación de las cosas encubre situaciones para no ser claro. Debemos decir lo que se pretende decir de manera directa y sincera.

El robo en nuestra práctica de la Sadhana, cuando no estamos presentes y nos refugiamos en pensamientos que nos roban la atención al practicar. Incluso podemos vernos tentados a robar el progreso de nosotros mismos tomando las posturas fáciles, las poses que sabemos hacer, evitando los desafíos. 

Asteya se puede aplicar también cuando se piensa que otros participantes realizan mejor las asanas, dando paso a la autocrítica.  En este caso, el robo se produce cuando nos subestimamos a nosotros mismos, deseando las habilidades físicas de los demás, sin haber puesto el mayor esfuerzo de nuestra parte.

La práctica de Asteya guía al Yogui a reconocer su propio valor para no envidiar el de los demás y a aplicar este aprendizaje en su vida diaria. Por lo tanto, es necesario tomarse el tiempo para escuchar internamente lo que en realidad es necesario y desarrollar la gratitud, reconociendo que lo que se tiene, es lo esencial para vivir felices.