Yama y Niyama

En los Yoga Sutras de Patanjali el Óctuple Yóguico estaría compuesto por Yama, Niyama, Asana, Pranayama, Pratiahara, Dharana, Dyana y Samadhi.

El Yama y Niyama son reglas de conducta enfocadas en una formación moral. Las prácticas incluidas en los Yama son, éticas y restrictivas, mientras que en el Niyama, son disciplinarias y constructivas.

Yama - Son normas morales en la sociedad que permiten al yogui estar en armonía consigo mismo, con los demás y con la sociedad. Serían las abstenciones hacia el entorno y los demás que debemos llevar a cabo para evolucionar conscientemente, reflexionando sobre nuestro lugar y nuestro comportamiento en este mundo, donde trabajaremos en un espejo sobre nuestros actos y nuestras intenciones, mediante el autocontrol, dando una dirección y sentido a la energía vital que movilizamos con nuestro trabajo yóguico, desarrollando un centro en nuestro interior.

Yama estaría compuesto por Ahimsa, Satya, Asteya , Brahmacharia, Aparigrahah.

Niyama - Al igual que los Yamas, se conforman por 5 principios, pero en este caso representan las observancias, las cuales permiten que nuestra relación con el yo interior sea transparente y sincera a través de el control psicofísico que se libera por la práctica de Yama, las relaciones con la vida y la realidad trascendente.

Estas normas son:  Sauca, Santosa, Tapas, Svadhyaya, Isvara Pranidhana.

Para trabajar estos aspectos éticos contamos con unas serie de herramientas que nos ayudan en nuestro cometido espiritual para lograr el objetivo del conocimiento de la Verdad.

Debemos tener en cuenta que los principios éticos son interdependientes, esto es, se cultivan holísticamente, forman parte de nuestra vida y nuestro pensamiento, aumentan nuestra conciencia integralmente.

Se trataría de desarrollar la relación de nuestro cuerpo físico/vital/mental con nuestro cuerpo espiritual (nuestro Maestro Interior). Lo que nos permitiría tomar conciencia de nuestras intenciones, nuestras actitudes, nuestras emociones, nuestros pensamientos y nuestros actos, ampliando la capacidad de libertad mediante nuestro comportamiento ético. Este hecho provoca Deleite, Asombro y Admiración en sí mismo.

Amplificar nuestra conciencia periférica, esto es intentar tener un conocimiento pleno de lo que nos rodea sin intervenir, actuando con indiferencia, un cierto estado mental que implica ecuanimidad y desapego.

Tenemos que tener en cuenta el origen etimológico de las palabras ya que estas guardan en su interior los conceptos en toda su amplitud. El sánscrito es un lenguaje vibratorio y, por lo tanto, cada palabra es mucho más que una etiqueta: contiene literalmente la esencia misma de la palabra.